Aunque estamos completamente en contra de la guerra de consolas, también es cierto que una competencia sana entre las compañías es algo que acaba favoreciendo a los jugadores, porque esto supone un mayor esfuerzo por parte de las grandes marcas por traer los mejores productos y ofrecer la mejor calidad. En esta lucha, Nintendo se ha desmarcado, siguiendo un camino completamente yuxtapueto enfocado aun público alternativo. Una fórmula que le está funcionando.
De esta forma quedan dos exponentes en la ecuación, Xbox y PlayStatión, quienes deben medir sus fuerzas en un mercado que sigue creciendo. Por su parte, Xbox está poniendo sus cartas sobre la mesa, habiendo dado a conocer tanto sus especificaciones técnicas como el diseño de su consola, así como va desvelando poco a poco videojuegos exclusivos que irán conformando su catálogo. Algunos de los títulos más destacables son Halo Infinite de 343 o Hell Blade II de Ninja Theory, en el caso de estudios first parties, u otros como The Medium de Bloober Team o The Ascent de Curve Digital, si hablamos de desarrolladoras externas o third parties.
En el caso de PlayStation, parece que está aletargada a la hora de presentar novedades y tener al día a sus usuarios de que les depara la nueva generación. Apenas tenemos un puñado de especificaciones técnicas, el diseño del mando, Godfall la promesa de exclusivos como un God of War 2 o Horizon Zero Down 2, así como el rumor de un posible reboot de la saga Sillent Hill en exclusiva para la plataforma de Sony. Con todo esto seguimos un poco en ascuas con respecto a la llegada de PlayStation 5 y que traerá consigo.
Los primeros compases de la generación son de vital importancia, pues pueden suponer la tendencia de ventas durante mucho tiempo. De momento, salvo sorpresas de última hora, sabemos que Xbox Series X sistema es tecnólogicamente más potente, superando en los fríos números a PlayStatión 5 en parámetros como Teraflops de GPU o velocidad de procesado en RAM, por su parte PlayStation ha logrado una memoria SSD algo más rápida que su competidora. La balanza en el pulso de la potencia se decanta muy notablemente hacía la máquina de Microsoft.
El precio será un parámetro clave, junto a los exclusivos de salida
Uno de los secretos que se guardan con mayor recelo, es el precio con el qué las máquinas de nueva generación saldrán al mercado. Parece que ninguna de las compañías quiere dar ese primer paso adelante y se encuentran a la expectativa de ver cual será el movimiento de su rival. Y es que la diferencia de precio ha sido algo que ha marcado mucho los inicios de las pasadas generaciones y las pruebas nos remitimos. PlayStation 3, tuvo serios problemas durante su primer semestre se vida a causa de aquellos 600 euros que costaba la consola en su estreno. Algo similar le ocurrió a Microsoft con Xbox One, que superaba en 100 euros a PlayStation 4 en su puesta de largo.
Este silencio nos lleva a pensar que ambas consolas han aprendido de esos errores, sin embargo los componentes que atesoran ambas futuras plataformas no auguran precios bajos. Por otro lado una diferencia de precio superior a 100 euros por parte de Xbox Series X, aunque la calidad de sus componentes sean muy superiores, puede suponer que Sony vuelva a llevarse el gato al agua con respecto a las ventas. No obstante, no olvidemos que es Phil Spencer quien está al frente del lanzamiento y dudamos muchos que no tenga bien atado este tema.
Tampoco debemos obviar que el mundo se ve imbuido en una crisis económica que ha dejado la alarma sanitaria del COVID-19 con lo que ello conlleva. Por lo tanto estamos seguros que esta carencia va a marcar mucho las ventas. Actualmente las cifras que se barajan para la nueva generación oscila entre los 400 y los 600 euros, aunque la experiencia nos dice que, cualquier precio por encima de los 500 euros, es una apuesta muy arriesgada.
Los exclusivos marcarán los cánones de calidad de cada plataforma
¿Qué quiere decir esto? Adaptarse a las nuevas técnicas de diseño de software para la nueva generación no solo conlleva tiempo y esfuerzo, también requiere de una importante inversión por parte de las desarrolladoras y por ende, correr más riesgos con los nuevos lanzamientos.
Es por esto que vamos a tardar un tiempo en ver como las compañías third parties comienzan a exprimir la potencia que les otorga las nuevas consolas. De esta forma les va a tocar a las compañías first parties darnos los motivos para apostar por una u otra plataforma. Los juegos exclusivos serán los encargados de hacer alarde de las capacidades de cada videoconsola.
La calidad, variedad y creatividad de estos títulos exclusivos van a cobrar el importante papel de seducir a la comunidad de jugadores. Por su parte Sony trae ya interesantes Ip´s como God Of War o Uncharted, pero cuidad con Microsoft que con sus 15 estudios viene cargado de muchos e interesantes exclusivos AAA a parte de haber dotado a su marca de ventajas tan importantes como el Xbox Game Pass, Xcloud o la tecnología Smart Delivery y la completa retrocompatibilidad.
Ya queda muy poco para que comience la verdadera batalla. Nosotros obviamente apostamos por Xbox.