Desde hace ya años, muchos medios populares nos vienen diciendo que, los videojuegos y la violencia van de la mano, aunque esto siempre se refute. Ahora, un nuevo metaestudio, el que se encarga de analizar al estudio de la violencia de los videojuegos, determinó definitivamente que no existe alguna relación entre, jugar videojuegos y representar la violencia de la vida real.

Este nuevo metaestudio, que se público en la revista Royal Society Open Science, volvió a analizar años de estudios de violencia en los videojuegos y como estos influyen en el cerebro humano. Este fue diseñado para probar o refutar la influencia de un vínculo que se creace apartir de jugar videojuegos por más de tres meses y ver si se desarrolla un comportamiento agresivo en la vida real.

28 estudios que analizaron esto, variaron en calidad y tamaño, pero todos compartieron el objetivo de investigar como impacta la violencia de los videojuegos en las acciones de la vida real. En este estudio y análisis más de 21.000 personas fueron incluidas.

Esto fue dirigido por el Dr. Aaron Drummond de la Universidad de Massey, el informe encontró que cualquier impacto en la agresión era “demasiado pequeño para ser prácticamente significativo “. Drummond dijo que los “estudios de alta calidad” que se analizaron tenían una conformidad demasiado pequeña entre la violencia que se presenta en los videojuegos y la agresión de la vida Real que era “indistinguible de cero“.

El metaestudio ha concluido en que “la investigación actual no puede apoyar la hipótesis de que los videojuegos violentos tienen un impacto predictivo significativo a largo plazo en la agresión juvenil“. También agregó que los psicólogos y otros profesionales de la salud deberían tener una mejor comunicación sobre el estado actual de la investigación, sobre la relación mínima que hay entre la violencia de los videojuegos y la violencia de los jóvenes.

Muy a menudo en los principales medios, a los videojuegos se les da una imagen negativa, aunque existen, frecuentes análisis y estudios que demuetran que no existe correlación entre los videojuegos y la violencia. Según la evidencia que tenemos actualmente, los videojuegos no influyen de manera alguna a la violencia del mundo real.

Los videojuegos nos pueden conectar con personas de todo el mundo, entretenernos en momentos difíciles, llevarnos a mundos de diversión, risas y felicidad. El pensamiento general por los videojuegos está evolucionando, pero todavía queda un camino muy largo por recorrer. Este metaestudio ayuda a desafiar los prejuicios de los videojuegos en la corriente principal, pero esta “lucha” para que los videojuegos tengan el respeto que merecen, no termina aquí.

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